Bajo los árboles y los reflectores,
en italiano y con caras elocuentes,
el tenor le confía a su amigo,
y al viento que hace murmurar las hojas,
sus penas de amor.
………………………………..Una sirena
…………… rearmoniza
la cadencia del piano
………………………y del piso
………………………………sube un tenue
……………………………………………..olor a caca.
Pero la música se sobrepone a las miserias
de ambulancias y de perros, y la audiencia
–viejos paquetes, señoras mononas–
se deja subyugar
por las clásicas emociones.