El fluído de los días

 

la luna sopla burbujas
uno trota por el aire
se escapa y no le dan las piernas
coge con multitudes o
pisa el fondo del mar
bracea en las sábanas
toca esta orilla
mira el reloj empapado
la vigilia no alcanza y se apura
a comprarse verduras que no hablen
y contar el vuelto sin hachar al comerciante
riega plantas que bailan con el viento
les cuenta su alegría y esperanzas
saluda a los vecinos con la mano
y la cabeza
da por sentado
que esa silla es una silla
flexiona las gambas confiando
en ese caballo cubista
por más que gima va a soportar
a otra criatura servicial el cuerpo
y la arrima a la mesa y come ranas
y charla familiar sobre la India
donde los dioses viven en las vacas
y hasta recuerda sin espanto
el sueño de otra noche
los rápidos de un río de aserrín
sobre un cascarón rumbo a una cascada
y se despierta
alguien
piensa con la boca llena
que el delirio es un laburo
paciente solitario
un sifón le chista que se calle

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