El motor es una orquesta en un pozo.
Hay un diálogo de cátedra: Dédalo
enhebraba caracoles con hormigas
y telas de araña, aprendió
arquitectura de un río, la calle
bacheada y mugrienta, la memoria
de otro mundo me devuelve
al presente reciente, un minuto
de su amable atención,
EL ÍDOLO NOS PIDE
QUE NO LO OLVIDEMOS.
Algo tengo que hacer en medio
de los saltos y cambios de marcha.
Qué ruido de monedas, estos pasajeros
que desandan los mismos paisajes
de un laberinto desapercibido.
UN MAGNATE ENCARGA CONSTRUIR RUINAS.
¿Qué va a ser un mito el Minotauro?
Esas formas se dibujan en el ojo de la mente
con más fuerza que los gatos de este zoo,
más durables que aquel puente oxidado.
Pensar que Ícaro cayó del cielo
delante de mis ojos: las plumas
flotaban en las olas.
Qué tragedia ser hijo de mortal.
Un pasaje lleva tu nombre.
Héroe de la desobediencia.
Permiso. Casi me paso.
Bajo la próxima.